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Querido lector:
Este estudio de Torá está dedicado a la salud física y espiritual de los bebes, niños, niñas y adolescentes que el programa Ieladeinu protege y cuida.
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Que época muy especial la que estamos transcurriendo. Cada día, desde la segunda noche de Pesaj, se va contando y refinando nuestro sagrado mundo interior, con el fin de llegar preparados al día 50, jag haShavuot o el Tiempo de nuestra Torá.
Esta es una festividad muy profunda, que nos va a ayudar a estar por encima del fuerte lema que el mundo sostiene: “la imagen lo es todo” como, por ejemplo: el marketing está dirigido a unir a las masas por lo que se tiene y no por lo que uno es; las redes sociales inducen a que la persona comunique una película ficticia, dejando de lado su mundo sentimental. También. muchos niños están expuestos constantemente a la pantalla tecnológica, desconectándose del desarrollo interno.
Esta etapa también se vivió en la época de Egipto, cuando los hebreos eran esclavos. Su gran “imagen” era su amo, que le decía qué y cómo hacer. De a poco, el esclavo fue perdiendo su personalidad y el poder de decisión. Incluso, el “valor de su vida” era cotizado por su amo. La “imagen” se apodero de él.
Si continuamos con el relato de la salida de Egipto, podemos aprender como el iehudi (judío) se fue liberando de estas ataduras. Al llegar al ar Sinai, la Torá cuenta que el pueblo “acampó frente al monte”. Como puede verse, está escrito de forma singular. Rashi explica que todo el pueblo “era como un cuerpo y un corazón”. Para llegar a esta gran unión entre las personas, tuvieron que entender que el verdadero “Amo” de uno está en su alma divina. Con este nuevo espíritu, pudieron revitalizar la “imagen” externa.
Le pedimos a Hashem todos los días en la tefilá: “Bendícenos padre nuestro a todos como uno…. con la luz de Tu rostro. Pues con la luz de Tu rostro nos diste…. La Torá de vida….”. Porque Hashem nos dio la Torá con su rostro completo y este debe ser nuestro parámetro: vivir íntegramente, iluminando los dos rostros con una misma luz.
Que pronto Hashem nos libere del exilio presente, cumpliendo con Su promesa de volver a Jersualem al 3er beit Hamikdash.
Sheliaj Daniel Borek
Director del Área Judaica del Programa Ieladeinu
Jabad Lubavich Argentina