Vivir en familia es un derecho natural y jurídico. La Convención sobre los Derechos del Niño, desde su preámbulo, así lo explicita: “Reconociendo que el niño, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión”.
El entorno en el que los niños y las niñas crecen es un factor determinante en su desarrollo físico y emocional. Desde la gestación y a lo largo de la primera infancia, la familia es el medio natural que anida social y afectivamente a un bebe.
"…la familia es el único ámbito que posibilita vínculos estables del niño con otras personas. Sus padres o aquellas personas que ejercen la función de cuidado y le proveen un cuidado personalizado son las que posibilitan su pleno desarrollo cognitivo y emocional”.
Durante los primeros años de vida y dada su inmadurez física y emocional, los humanos no pueden autosatisfacerse. Necesitan como condición de supervivencia la interacción, que integra las garantías de alimentación y salud, la contención, el cuidado, el amor y la organización.
Al hablar de familia pensamos no tanto en su composición formal o estructural sino en un sistema de relaciones humanas que constituyen un conjunto integrado e integrador, en el que la comunicación es dinámica y continua, y permite expresar deseos, necesidades y emociones y donde “se camina hacia el mismo objetivo”.
La familia es el primer espacio social de desarrollo humano. En ese entorno suceden las primeras relaciones sociales y se aprende cognitiva y afectivamente sobre el mundo y sobre uno mismo. Las experiencias cotidianas ylos encuentros en familia son elementos claves dentro del marco de la crianza.
La comunicación amorosa verbal y no verbal, la disponibilidad, el respeto por los tiempos individuales, la mirada atenta y no enjuiciadora, la paciencia, la incondicionalidad, el sostén, la espontaneidad son algunos de los componentes fundamentales que se integran dentro de la crianza en un entorno familiar respetuoso de las necesidades y derechos de los niños y que los reconoce como sujetos de derechos.
En este sentido, la Convención de los Derechos del Niño establece que: “la familia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los niños, debe recibir la protección y asistencia necesarias para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad.”
Es importante destacar que apoyar a las familias para que puedan proporcionar cuidados a los niños en un entorno seguro no significa sustituirlas en sus funciones sino complementarlas y fortalecerlas a través de programas de apoyo y promoción del cuidado parental y de redes sociales comunitarias que operen como soporte, potenciando las capacidades de la familia para la crianza.